Japón… en un universo paralelo (Parte I)

En Chiang Mai habíamos tomado dos decisiones importantes. Primero, iríamos al matrimonio de mi prima Alejandra en Playa del Carmen, México. Eso significaba que tendríamos que seguir viajando hacia el este. Eso también significó que me tuve que poner a buscar un pantalón decente para la boda, pero después de casi reventarle las costuras a todos los “extra large” tailandeses que me probé (a la altura del muslo), me di por vencido. Y segundo, queríamos dejar Asia con un destino diferente, algo más emocionante. Con ello, Japón era el perfecto punto final (y de salida) para el continente asiático.

 

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– El monte Fuji… no hay mejor “estamos en Japón” que este”- 

Y vaya que Japón cumplió. Qué país para más visualmente estimulante!  No me imagino cómo la gente podía visitar Japón en los tiempos del “36 fotos por rollo”. Primer país asiático de los que visitamos, en que no nos encontramos con una historia de colonizadores y sangrientas invasiones desde el oeste.  De hecho, Japón fue la primera alianza “en iguales términos” con el Occidente (estamos hablando de bastante antes de la segunda guerra mundial, por si acaso). A lo largo de su historia, Japón ha derrotado militarmente a Rusia y a China, se anexó Taiwán y Corea y tuvo también un largo periodo de casi total aislamiento del resto del mundo. Así, la cultura japonesa se ha formado siguiendo un camino bastante diferente al del sureste asiático.

En todos los países “caros” que habíamos visitado, solucionamos el tema del alojamiento de diferentes maneras… en Singapur nos alojamos donde unos buenos amigos, en Australia y Nueva Zelanda alquilamos “campervans” y en Dubái hicimos de cuida-casas. Aquí en Japón, además de unos anfitriones de Coachsurfing en Kioto, no tuvimos nada de eso, así que por primera vez tuvimos que aplicar la de las camas en dormitorios compartidos y algunos hostales tipo cápsula (y por primera vez supimos lo importante que es tener tapones para los oídos).

En fin…  siendo Japón un universo diferente, también tomaré aquí un enfoque diferente, así que no voy a describir nuestros 28 días aquí según la ruta que seguimos, sino por “tema”. Veamos qué tal sale.

 

LOS ICONOS

Hay cosas que son impajaritablemente japonesas, verdad?  Empezaré por ellas.  Aquí van nuestras experiencias en torno a esos íconos por los que seguramente conocen a Japón…

El shinkansen (más conocido como el “tren bala”)

Sin él no hubiéramos podido ver tanto de Japón como lo hicimos. Atravesando el país a 300km/h, el shinkansen solo es una parte de una hiper-densa red de trenes, con varias maneras diferentes para llegar desde A hasta B, más difícil de descifrar que Sandra antes de su primer café por la mañana. Gracias a Dios por las apps que hoy en día hacen el plan de ruta por uno.

Bullet_Train_in_Japan

– El conductor saluda al pasar … Sandra responde –

Otro detalle de estos trenes son los controladores. Muy elegantes ellos, haciendo venias cada vez que entran y cada vez que salen de un vagón. Ah… (y tomen nota los operadores holandeses), aquí te controlan los tickets en el destino, así que no hay problema para coger el tren así uno llegue con las justas de tiempo o sin saldo en la tarjeta. Ya reajustarás al llegar. Genial.

 

 

Y en caso no lo hayan notado en las fotos, es bastante común eso de echarse una siestecita en el tren. 🙂

 – Voy a sujetar mi libro abierto y la gente creerá que estoy estudiando –

 

La vida en una cápsula

En efecto, hay hoteles “cápsula” por todos lados, y muchos hostales tienen también camas de ese estilo. Pues les cuento que resultaron ser mucho más cómodas que los típicos camarotes de hostal. Más privacidad, mejor aislamiento del sonido y casi siempre con un espacio extra para guardar tus cosas pequeñas, una lamparita y hasta cajones con llave. Bien ahí.

– Tienen su encanto, estas camas tipo cápsula-

La Cultura “Pop” (en esteroides)

Uno de los aspectos más interesantes de la cultura joven japonesa es ese incontrolable amor por el Manga (revistas de caricaturas) el Anime (dibujos animados), el Cosplay (vestirse como tus personajes favoritos), los videojuegos, los juguetes “vintage” y, en términos generales, todas las cosas “lindis” (y raras). Especialmente en Tokio, pasearse por algunas calles es más entretenido que el último Cirque du Soleil, y te cruzas con más héroes de tu infancia que en Disney World.

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 – Fachada de un edificio cualquiera – 

Podría escribir un post completo sobre este tema, pero mejor vayamos a las fotos y que ellas cuenten la historia:

 

Todo se ve tan lindo e inocente, verdad? Bueno, no tan rápido. Yo diría que en esta subcultura casi casi se puede ver una doble moral … me atrevería incluso a usar la palabra “fetiche”. La cantidad de mujeres (casi niñas) sensualmente vestidas que uno ve es impresionante… en publicidad, juguetes, coleccionables, medios visuales y también en carne y hueso. Mujeres que parecen todas quinceañeras vestidas como mucamas, enfermeras, caricaturas o cualquier otro personaje salido de catálogo de disfraces sexy para Halloween. Minifaldas, medias altas y muslos expuestos son la norma (y valga aclarar que no son prostitutas, sino simplemente promotoras de sus respectivos “cafés de mucama”, donde creo que ni alcohol venden, pero, qué crees? … te atienden las chicas vestidas de mucama!). Torres de revistas de caricaturas para adultos que harían sonrojar al más ávido lector de Playboy te esperan en la repisa junto a Candy y Pikachu, sin ningún tipo de control de edad para acceder a ellas. Figuras (juguetes?, muñecas? no sabría ni cómo catalogarlas… vamos, que ni si quiera tienen articulaciones como mis viejos Gi-Joes, para jugar bonito), pisos enteros de juguetes para adultos, etc, etc, etc.

Ojo que a nosotros no nos molestó en lo absoluto…era todo parte del show. Pero la verdad, es un poco bizarro, pues no?

 

 

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– Se recurre a personajes de manga para promover TODO … esta es una tienda de armas!! Se imaginan algo así en los EEUU? Horror.  – 

Y hablando de manga, qué onda con esa obsesión por los ojos redondotes y extragrandes? En un país occidental, la gente ya estaría quejándose por “no estar debidamente representada”. En Perú hubo todo un rollo por un comercial de navidad que mostraba a una familia “blanca” (“cómo se atreven?.. no representa a la raza peruana!”, gritaron los puristas.). Aquí no veo a nadie exigiendo ojos rasgados, más “asiáticos”, al grito de “discriminación!”.

– Ojos grandes y redondos, garantizados. –

 

Baños tecnotrónicos

Entonces, es cierto? O será una leyenda urbana? Aprietas un botón y aparece un robot para limpiarte el … el asunto?

Pues es cierto. Los baños pueden ser casi intimidantes. Y no solo por su panel de control digital y el chorro de bidet incorporado (al que podría acostumbrarme sin ningún problema), sino también con tapa calentada (genial) que se abre y cierra sola, sonidos ambientales (tú sabes, para camuflar tus propios sonidos) y neutralizadores de olor. Una pequeña advertencia nomas … a tener cuidado con el control de presión del chorro-bidet. Dale mucho power y te arriesgas a cogerle cariño por las razones equivocadas.

– Este hasta te saluda con luces y una autolimpieza, ni bien entras al baño. –

Ah, e incluso desde antes de la era electrónica, muchos inodoros tienen un caño sobre el tanque de agua, como quien aprovecha el agua con que se va a llenar, por ejemplo para lavarte las manos. Simple y genial. Miren la foto.

 

Durmiendo sobre tatami en la casa del Señor Miyagi

Ventanas con papel en lugar de vidrio, puertas corredizas de madera y un futón enrollado sobre el piso, sobre una alfombrilla hecha como de caña. Todos lo hemos visto en alguna película. De hecho, una de las principales “experiencias turísticas” se supone que es alojarte en un “Ryokan”, hospedaje típico japonés que te da exactamente eso (además de buena comida y servicio de primer nivel). Para hacerla corta, por más romántica que suene la idea, me encantaría escuchar a alguien decir que es cómodo. No lo es. El minimalismo está sobrevalorado. Camas y muebles para nosotros, por favor.

 

Geishas, geikos, maikos

La cultura de las Geishas (conocidas como Geikos en Kioto, ciudad donde se inició esta tradición) y sus jóvenes aprendices, las Maikos, es bastante interesante. Mujeres dedicadas a esta forma de vida como artistas empiezan desde los pocos años con su entrenamiento, y deben cumplir una serie de reglas y restricciones (no pueden tener pareja, no pueden tener celular, etc, etc). Aprenden, viven y trabajan en exclusivos “salones de té” -que así se llaman-. Y no, no están en el mercado del sexo (debo de admitir que yo antes pensaba eso). Fuimos a un show oficial de Geishas en Kioto, ante la insistencia de Sandra. Yo llegué con un buen poco de escepticismo, para ser franco, pero me fui más que impresionado. Estas mujeres son de lo más talentosas…música, canto, baile, actuación, unos maquillajes, vestidos y escenografías de locos. Muy bueno. Pena que no dejaban filmar ni tomar fotos.

Más tecnología

Hay muchas otras interesantes aplicaciones de la tecnología con las que nos cruzamos (fuera del baño), pero aquí mencionaré un par nada más, que me llamaron la atención (y de las que tengo evidencia 😊). Una tradicional, la otra más modernona.

Primero, el “kotatsu”, una suerte de mesa baja para la salita de estar, con un edredón grueso debajo del tablero (o sea que te puedes cubrir de la cintura para abajo durante la tertulia) y un calentador por debajo de todo. Todo país con inviernos crudos debería tener algo así! Y una vez más, tan simple.

Kyoto_IMG_5469– el kotatsu… idea tan simple y genial para los días fríos –

 

Pero incluso mejor que eso, especialmente para nosotros ciudadanos de Amsterdam, fueron los estacionamientos subterráneos automatizados para bicicleta. Pon tu bici allí y SWOOSH, la máquina se la traga y la lleva al subsuelo. Pasa tu tarjetita por el lector y SWOOSH, en 10 segundos se abre una puerta mágica y aparece tu bici de vuelta.

 

–  Por favor compartan este video con algún funcionario (o inversionista) holandés. Por favor. –

Y dos menciones honrosas… el disco giratorio para optimizar el área en tu estacionamiento y la lavadora/secadora especial para zapatillas.

FUJISAN

No hay mucho que escribir acerca de él, pero el Monte Fuji es sin duda uno de los íconos japoneses.  Visitamos el área de los “5 Lagos” que están a sus pies. Hicimos unas buenas caminatas y tuvimos unas vistas buenísimas del amigo Fuji (y no precisamente nuestro expresidente).

 

LA COMIDA

La comida japonesa es un mundo en sí misma. Está por supuesto el vasto universo del consagrado sushi, el cual por cierto, si lo comprabas en una cajita pre-hecha en un mini-market, demostró ser una de las mejores opciones para una comida veloz y barata. Pero hay más que eso, mucho más.

Encontramos mucha comida marina. Todos los mercados te ofrecerán un despliegue tecnicolor de cangrejos, langostinos, pulpos, calamares, erizos de mar, anguilas, almejas, atunes, algas y más. A la plancha, frescos, fritos, horneados, ahumados, envueltos, salados, en brocheta … pídelo y lo tendrás.

Hubo también algunas cosas que no pudimos probar por falta de presupuesto, como la famosa carne de Wagyu en Kobe, “calidad A5”, que vale como metal precioso. O las sandías de 20 euros, perfectamente esféricas (que seguramente saben igualito que sus primas las oblongas).

Hubo un sinnúmero de snacks y platillos japoneses típicos, como los takoyaki (bolitas de masa rellenas de pulpo), el okonomiyaki (una especie de panqueque salado), el monjayaki (como el okonomiyaki pero más líquido), y todo tipo de yakitori (brochetas).

Tokyo_IMG_2486(1)– Monjayaki, preparado por este servidor, guiado por el buen amigo Takefumi-

Y luego está la “muerte por carbohidratos”. Arroz y fideos, fideos y arroz. De todo color y sabor. Ramen, soba, udon (todos ellos a comerse en medio de un concurso de sorbedores) y todo tipo de dulces hechos con arroz pegajoso (y casi siempre con pasta de frejol rojo). Debieran haber visto la cara de Sandra cuando encontraba un lugar que sirva simples ensaladas verdes. Alegría total.

 

En la sección de bebidas, la que gana es definitivamente el té. Sobre todo el matcha (té verde en polvo). Y el Sake, claro. Interesante hecho que escuchamos, que toda la cultura del té empezó cuando los monjes buscaron algo para ayudarlos a mantenerse despiertos al meditar (antes de los tiempos del café).

 

Otros puntos interesantes en torno al tema “comida” incluyen por ejemplo las miles de maquetas que replican el menú físicamente en las vitrinas de los restaurantes (la primera noche, Sandra vio una vitrina y dijo “mira, aquí venden platos decorativos!”).  También las toallitas húmedas que te dan en casi todo lugar antes de comer, la variedad de comidas en cajitas para llevar (llamadas bento) y el hecho de recibir la cuenta siempre boca abajo, casi inmediatamente después de haber sido servido. Detalles. Ah, y uno prácticamente puede comer hasta la saciedad, caminando los pasillos de la zona de comida de cualquier tienda por departamentos, “muestreando”.

Por cierto, algo que nos llamó bastante la atención fue la cantidad de plástico que usan en los supermercados, con bolsas y recipientes descartables por millones y miles de piezas plastificadas individualmente (1 plátano, 1 palta, 1 manzana …). Tan avanzada esta sociedad y todavía en ese plan? Vamos, gente!

 

LA VIE EN ROSE

 Sandra quería visitar Japón antes de mayo, con el objetivo principal de coger las famosas flores de cerezo (“cherry blossom” o “sakura”, en japonés) en plena floración. Yo francamente ni sabía de la existencia de tal cosa. Resulta ser LA atracción principal del país, en estas épocas. “Ver el sakura” incluso tiene sus propios verbos en japonés: hanami (hacerlo de día) y yozakura (de noche). Les ENCANTA. El país se vuelve rosado por algunos días en cada ciudad, a medida que esta efímera alfombra rosada se va abriendo paso hacia el norte, dándole color no solo a los benditos cerezos sino también a la ropa, vitrinas, decoración en las calles, comidas, bebidas, golosinas, souvenirs y demás. Los pronósticos se actualizan día a día, cambiantes según el clima y complicándole la vida a los muchos turistas que planean sus viajes con “floración” en mente.

Nosotros veníamos llegando algo tarde. Y el clima no ayudó, pues había adelantado la famosa “floración”, así que nos lo perdimos en Osaka, en Kioto y en Yoshino (supuestamente EL LUGAR para ver sakura).  Pero retroceder nunca, rendirse jamás, como dijo Van Damme, así que, con pases “Japan Rail” ilimitados en mano, tomamos como 20 tramos de tren en 4 días, para ir hasta Hokkaido. Esta es la segunda isla más grande de Japón, al norte de Honshu, que es, adivinaste, la isla principal, donde están casi todas las ciudades japonesas de las que debes haber oído hablar. (Esa por cierto fue mi lección solapada de geografía japonesa). Y vaya que valió la pena el trote! Una vez más, que hablen las fotos, pero ver tanto rosado junto y ver cómo la gente lo disfrutaba fue mucho muy interesante.

 

 

… y ya me di cuenta de que la cosa se está haciendo más larga de lo pensado, así que partiré el post en dos. Vamos, que este país se lo ha ganado. Y créanme que estoy tratando de resumir. En breve, la segunda parte (y por cierto vamos tímidamente acercándonos al final de temporada de esta serie!)

Y gracias a los que leyeron hasta el final!

Lima-Perú, 18 de junio de 2018


 

3 thoughts on “Japón… en un universo paralelo (Parte I)

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